Las fuerzas que actúan en el interior de la estructura de la Tierra a menudo llegan a romper o plegar los materiales terrestres. Y es que, los paisajes y las rocas de la superficie están sometidos a un proceso continuo de cambio. En CurioSfera-Ciencia.com, te explicamos las características fundamentales de los pliegues, las fallas y las fracturas que presentan algunas rocas.
Por qué cambia el relieve
Las rocas y los paisajes de la superficie terrestre se encuentran sometidos a un proceso continuo de cambio. Estas transformaciones actúan en dos sentidos principalmente: por un lado, se destruye el relieve existente; de otra, se construyen nuevos relieves. Estos fenómenos se producen de una manera muy lenta; a veces duran millones de años. Esto hace que sean casi imperceptibles para el hombre. Veremos ahora cómo se destruye y cómo se forma un relieve.
Fenómenos externos
Los materiales que forman las montañas sufren la acción de los agentes geológicos que hay en la superficie; el aire, el hielo, el agua, etc., actúan sobre las rocas y lentamente las desmenuzan y las transportan. En el caso de un río, los materiales que arrastra, el agua proceden de las montañas de la cuenca. Muchos de estos materiales llegarán a la mar y se depositarán en el fondo. Si este proceso dura varios millones de años, los sedimentos depositados pueden alcanzar un espesor de varios miles de metros.
Fenómenos internos
Por otra parte, en el interior de la Tierra actúan fuerzas que pueden desplazar masas enormes de material. Tomemos el ejemplo de una zona de colisión entre dos placas donde hay un depósito importante de materiales arrancados en las montañas.
Si después de la colisión las placas continúan avanzando, los materiales depositados se pliegan y se fracturan por la acción de la gran presión que actúa. Hasta pueden llegar a emerger de las aguas y formar una cordillera. Así, los materiales arrancados a los continentes vuelven a ser utilizados en la construcción de una nueva cadena de montañas.
Por qué las rocas se deforman o se rompen
Las rocas que forman muchas cordilleras, como los Pirineos, los Andes, los Alpes o el Himalaya, han sufrido la acción de presiones enormes que las han elevado desde el fondo de los océanos hasta cientos o miles de metros sobre el nivel del mar. Durante el ascenso, estos terrenos han sido empujados por fuerzas que los han plegado y fracturado hasta modificar su forma inicial. Posteriormente la erosión les ha dado el aspecto actual.
Qué son las fracturas y los pliegues
El comportamiento de las rocas cuando son comprimidas, empujadas o cuando reciben la acción de fuerzas diversas, depende de algunas características suyas como la elasticidad, la resistencia a la ruptura, la plasticidad, etc., y también de las condiciones ambientales.
Si los terrenos son muy rígidos y reciben un esfuerzo potente o muy prolongado, llega un momento que la roca se rompe. En este momento aparecen las fracturas. Pero si las rocas son suficientemente plásticas, cuando actúa una fuerza se deforman gradualmente y forman unas ondulaciones que llamamos pliegues.
Tipos de fracturas
Cuando en un lugar aparece una fractura, la roca o el terreno que lo forman quedan divididos en dos partes. Si los dos bloques resultantes siguen en la misma posición, decimos que la fractura es una diaclasa; pero si alguno de los bloques se mueve respecto del otro, la llamamos falla.
Diaclasas
Puedes observar fácilmente las diaclasas en muchas rocas duras, como el granito. Se presentan en forma de planos de ruptura paralelos u orientados en direcciones diferentes.
Fallas
Las fallas son fracturas de las rocas en las que una de las partes del terreno se ha movido respecto de la otra. El deslizamiento se produce sobre un plano que llamamos plano de falla; los bordes que están en contacto son los labios de falla. Según la posición del plano de falla y los movimientos de los bloques podemos distinguir los tipos de falla que nos muestra la figura inferior.
A veces las fallas se presentan asociadas. Cuando la acción de algunas fallas produce el hundimiento del terreno, llamamos esta zona fosa tectónica. Si las fallas están asociadas a una elevación del relieve, forman un horst.
Pliegues | Características, partes y tipos
Si las rocas son suficientemente plásticas, no se rompen cuando una fuerza actúa sobre ellas, sino que se deforman progresivamente hasta formar uno o más pliegues. Las características de los pliegues están representadas en la imagen siguiente.
Observa que la parte convexa de un pliegue se llama anticlinal (los anticlinales tienen una forma parecida a la de la letra A). Mientras que la parte cóncava se denomina sinclinal (la forma de los sinclinales nos recuerda la de la letra U). En los pliegues, hay que distinguir la charnela, o zona de máxima curvatura, y los flancos, o lados del pliegue.
Pliegues, fracturas y fallas resumen
- La superficie terrestre cambia continuamente. El aire, el hielo y el agua desgastan y reducen el relevo, mientras que las fuerzas internas forman nuevas cordilleras.
- Cuando las rocas reciben la acción de fuerzas importantes, pueden romperse o plegarse. Las fracturas o los pliegues que se producen pueden medir desde unos pocos centímetros hasta algunos kilómetros.
- Hay dos tipos de fracturas: diaclasas, cuando los bloques se rompen pero no se desplazan, y fallas, cuando hay ruptura y desplazamiento de los bloques. Cuando las fallas provocan el hundimiento del terreno, forman una fosa tectónica. Si se produce una elevación, la llamamos horst.
- Los tipos de pliegues más importantes son los anticlinales y sinclinales. La zona de máxima curvatura del llamamos charnela y los lados del pliegue los llamamos flancos.
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