Un oasis es un terreno con cierta vegetación. Se caracteriza por estar localizado dentro de grandes desiertos de arena, como por ejemplo, el del Sahara, el de la península arábiga o en Atacama. En algunos casos, pueden también contener un manantial de agua. En CurioSfera-Ciencia.com, te explicamos qué es un oasis, cómo se forma, cómo es y qué función tienen.
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Qué es un oasis
Por definición, un oasis es una porción de terreno ubicado en el interior de los desiertos de arena o roca. Siempre cuenta con cierta vegetación y, a veces, con pequeños manantiales o estanques de agua. Debido a estas características de los oasis, favorecen que se establezcan en ellos asentamientos de personas, formando pequeñas poblaciones, y permiten que puedan cultivar la tierra y criar animales.
Estos tipos de desiertos existen en los 5 continentes. Desde Asia (Gobi o el árabe), hasta América del Sur (Atacama o Tataoca) y del Norte (Mojave o Colorado), pasando por África (Sahara o el Kalahari), Oceanía (Pintado o el gran desierto arenoso. Incluso en Europa los podemos encontrar (Monegros o el Ryn).
Cómo se forma un oasis
El desierto casi no conoce la lluvia, porque se encuentra desplazado del curso de los vientos que empujan el aire húmedo del mar. Las escasas ocasiones en que llueve, el agua rebasa el lecho de los torrentes, pero pronto la engullen las arenas, y el sol y el aire la secan.
El viento es extremadamente seco y caliente en los oasis. Absorbe toda la humedad que pueda existir y no pierde una sola gota: por eso el desierto es árido. Sin embargo, aunque pueda parecer lo contrario, también en el desierto hay agua. Se encuentra bajo las capas de arena, aunque a mucha profundidad.
En determinados puntos, el agua del subsuelo se aventura a asomarse un poco a la superficie por una tranquila fuente o permite que se la extraiga de pozos no muy profundos. Basta sólo aquel poco de humedad en la tierra para que aparezca una huerta y un plantío: es lo que se conoce como un oasis. Existen oasis tan grandes, que cobijan a una aldea o una pequeña población. En cambio otros son tan pequeños que son solo un grupo de palmeras.
Cómo es un oasis
Los oasis están formados por vegetación debido a la presencia de agua en el subsuelo y que puede aflorar a la superficie. El árbol principal del oasis es la palmera datilera, pero bajo sus hojas hay también albaricoqueros e higueras y huertas fértiles en verduras.
La palmera proporciona a los agricultores de los oasis y a los beduinos nómadas uno de sus alimentos primordiales: sus sabrosos frutos. Hay dátiles de varias clases, además de aquellos dulces y obscuros tan conocidos en Europa. Algunos son pequeños y leñosos y es preciso mascar durante largo rato. Otros son grandes como huevos, más dulces que la miel, otros son amarillos, otros oscuros y rojos.
Las palmeras, además de los grandes oasis, crecen acá y allá, donde un desnivel del terreno permita a las raíces prolongarse hasta alcanzar la humedad del subsuelo.
Qué función tiene un oasis
Hace cientos de años, cuando se realizaban largas travesías por el desierto, los oasis tenían una función vital. Ya que servían como punto de descanso, abastecimiento de comida y agua a los viajeros y comerciantes de las caravanas que se desplazaban.
En Egipto, por ejemplo, existen importantes oasis como el de Siwa, El Jariyá y el oasis de Dakel. Debido a los espejismos (ilusiones ópticas debidas al fuerte calor del desierto), en ocasiones, los oasis eran confundidos y se podían “vislumbrar” en sitios donde realmente no estaban.
Como hemos comentado, la importante función que realizaban los oasis en la antigüedad, ha hecho que en el idioma español (y en otros idiomas también) se utiliza esta palabra para denominar a un lugar de descanso, refugio, belleza, paz, sosiego o tranquilidad.
Por qué hay agua en un oasis
Los oasis del desierto se encuentran en los lugares donde aflora a la superficie algún manantial de agua. ¿Cuál es el origen del agua, si en los desiertos apenas llueve? Para comprenderlo debemos tener presente cómo se forman las capas de agua. En las zonas lluviosas, una parte del agua que cae del cielo no es arrastrada inmediatamente por los ríos, y tampoco se evapora, sino que se infiltra en el subsuelo.
Mientras encuentra rocas permeables, el agua penetra fácilmente. Pero cuando tropieza con rocas impermeables (como, por ejemplo, la arcilla), se extiende sobre ellas formando un curso de agua que se desliza por la pendiente del estrato hasta que la roca impermeable aflora al exterior. Y entonces aparece el manantial.
A veces el agua consigue emerger al exterior en zonas muy alejadas del lugar donde logró infiltrarse en el subsuelo. Ello explica la aparición del líquido elemento en zonas absolutamente áridas. En este caso, alrededor del manantial eclosiona la vida vegetal y animal. Es justamente lo que ocurre en un oasis: el agua que emerge a la superficie por causa del afloramiento de estratos de roca impermeable procede de zonas montañosas muy lejanas, distantes cientos de kilómetros.
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